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Esta viñeta ya salió por aquí el 19 de noviembre del 2010,
pero hoy me apetecía resacarla.
Sí: resacarla.
La palabra resacar creo que no existe oficialmente en el diccionario,
pero debería existir, y debería, además, tener dos acepciones:
una sería la de sacar una cosa que ya se sacó (pongamos un ejemplo:
"Él la resacó de sus calzoncillos mientras ella, tumbada en la cama,
se mojaba los labios") y la otra acepción sería la de sufrir los efectos
de una noche de mucho alcohol (ejemplo: "Él sentía su cuerpo entero
resacando mientras ella, tumbada en la cama, se mojaba los labios
y le pedía sonriendo que se la remetiera otra vez").
y le pedía sonriendo que se la remetiera otra vez").
Ya veis, hoy ha emergido el catedrático que late en mí y me
he animado a daros una clase remagistral de Lengua Española.
Pero ya la clase terminó, porque me llaman desde la Real Academia,
seguro que para felicitarme.
(o tal vez para acusarme de herejía)
(jía jía)
Así que me voy a ir con viento fresco.
(o con viento refresco)
Mañana más.
O remás.
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(por cierto, me acaban de comunicar desde La Patagonia que
remás es la segunda persona del presente de indicativo
del verbo remar: Yo remo, vos remás, ella rema...)
(en fin, dejémoslo aquí, o al final acabaré reliándome)
Post sin comentarios.
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