OTEANDO VOY, OTEANDO VENGO
( Con la O se escribe Otear, Part Two )
Antes que nada, como quiero darle a este post un ambiente cinéfilo, voy a
hacer un breve homenaje al más grande oteador de todos
los tiempos
(y de todos los espacios, también).
¡Señoras y señores, dames y cabelleras, con ustedes...!
¡Escena Primera, Toma 1...!
¡Y Acción!
Esta viñeta pretende ser una especie de remake (en formato
cortometraje extra-corto) de una película dirigida y
protagonizada por Buster Keaton a principios de
siglo XX (exactamente en 1923): The Love Nest.
Si no sabes quien es el señor Keaton ya lo estás buscando
enseguida, porque estamos hablando de uno de los grandes
cómicos que ha parido la Vía Láctea en su
fecunda y muy extensa existencia.
Bien. Ahora cambiamos de plano.
braguitas de seda y no acabé de contaros qué sucede
cuando mi amigo el oculista me lleva a la azotea del
edificio más alto de mi ciudad.
Por cierto, mi amigo el oculista
prefiere mantenerse en
el anonimato
y...
Tranquilo, que yo no...
No te preocupes, hombre...
Que no... Seré una tumba, Don Cactus, digo Don Atalayo,
no padezca usted... Nadie sabrá jamás quién se esconde
detrás de esas gafas tan... ¿bonitas? que usa
cuando quiere pasar desapercibido.
¿Vale?
Hasta luego.
Bien, una vez que hemos solucionado esto,
vamos a seguir.
Pero...
¿Qué os estaba yo contando?
A ver... no sé, algo sobre mi amigo el oculista,
la azotea... pero ya no recuerdo.
No sería muy importante.
Y además ya es hora de terminar este post.
Sí, ya es hora de decir...
The End
Nota: Si visitaste el blog el jueves o el viernes tal vez viste (o creíste ver) un
vídeo con la música de Titanic... Sí... y tal vez recuerdes (o creas recordar) que conté
algo así como que mi amigo el oculista y yo nos asomábamos al borde de la azotea
y que Leonardo DiCactus, digo DiCaprio me cogía por la cintura y tal vez tu
memoria se empeñe en decirte que yo, por obra y gracia de algún misterioso
encantamiento, me convertía en Kate Winslet... Pero no.
No no no no. A mí nunca se me ocurriría eso. Eso eres tú que tienes mucha
imaginación o que habías bebido o te habías drogado o algo.
Nota 2: En el muy hipotético caso de que una historia así se
me hubiera ocurrido a mí, lo más probable es que el viento
se acabara llevando esa parte del post (y si no se la llevara
el viento, se la hubiera llevado alguien que yo me sé) ;-)