"Me opongo al concepto de revolución como forma de conseguir el poder estatal. La tendencia inherente de cualquier grupo que toma el poder es consolidar y extender ese poder. Por lo tanto "la marchitación del poder" tiene que empezar directamente desde la gente, rechazando el continuar así, y buscando el hacerlo innecesario. Es fundamental para cualquier buena revolución que toda autoridad sobre la gente sea desafiada y las personas aprendan a tomar el control de sus propias acciones."
Palabras de Howard Clark
en "Hacia la revolución no violenta", (Mugarik Gabe, Bilbo)
recogidas en el fanzine Kastelló nº 89, Septiembre 2001.
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